15/3/19

Desnudez - Avyu Porá


Hace unos años descubrí lo mucho que me gustaba la desnudez.
Pero no hablo de la ajena, sino de la propia.
En una sociedad que sensura e invita a sentir vergüenza y a odiar nuestros cuerpos,
comencé a gozar de mi desnudez y de todo aquello que la rozaba.
Unos años después, conocí el Areté Guasú y a entrar en transe cuando comenzaba a danzar.
No me pregunten en este renglón el "por qué"... en su momento no lo entendía, ni buscaba
entenderlo.
Me contaron en esos días, que las mujeres guaraníes antes de la colonización no se cubrían
los pechos y que cuando llegaron los colonos las obligaron a usar túnicas (hoy llamadas
tipoy) para hacerlas entrar a las capillas.
Hace un tiempo, me enteré que mi tatarabuela fue una india guaraní... no sabemos su
nombre, pero sabemos que a su hija (mi bisabuela) le dolió mucho no poder nombrarla.
Hace unos años descubrí lo mucho que me gusta la desnudez. Pero no hablo de la ajena,
sino de la propia... Cuando me desnudo, ya no me siento asfixiada, siento que mi abuela,
que mis abuelas están cerca, y ya no me siento sola.
Cuando me desnudo, el cuerpo gime todo eso que quisieron callar.
No es casualidad que hayan silenciado el cuerpo de nuestras abuelas más aguerridas, no es
casual ese tabú: estaban cubriendo la historia.
Nunca más silencio, nunca más tipoy.
El gemir es nuestro.

Mi única heroína en este lío - Brenda Wainstein

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